Fuiste la última persona
que esperé aquel día.
Te mostré mi bandera
Rojo sangre
Manos agarrotadas y enmarañadas
como enredaderas
Ansiedad
Vértigo
Paranoia
Hipocondría al cien por
ciento.
Creí que moriría
Joven y desperdiciado
Un pétalo marchito en el
fango.
Pobre, pobre chico
desahuciado.
Te tiembla el cuerpo
Y sólo ves agujeros a
tus pies
Un escalofrío de muerte y
más vértigo…
Te portaste bien,
hiciste lo correcto,
Sorprendiste a mucha
gente, me sorprendiste.
Nadie daba un peso por
tus anhelos
Y de pronto,
Como de un toque mágico
El valor de tus acciones
se elevó
La plusvalía te acarició
Me agarraste en el aire
para no dejarme caer.
El vértigo seguía ahí
Pero ya no me provocaba
morir.
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